Desde que Demócrito más o menos por el año 400 adc enunció
su Teoría atómica hasta la actualidad ha pasado mucho tiempo y el pensamiento
científico ha evolucionado mucho en su forma de entender la estructura más íntima
de la materia. No obstante, si uno dedica un poco de tiempo a fijarse en los
comentarios a pie de calle (o incluso y más triste, de aula), la teoría atómica
y sus implicaciones continúan siendo a nivel práctico “esa gran desconocida”.
Afirmaciones tan comunes como: “la mejor vitamina c es la de
la naranja”; “este es un vino magnífico, no tiene conservantes”, “no
incorporamos ningún componente que no sea natural”, etc… dan una idea de que la
estructura de la materia no es, sin duda, una de esas partes de la física
con glamour.
Si ahondamos más y pasamos de la simple Teoría atómica a la Mecánica Cuántica los problemas de entendimiento se acrecientan y basándose en
ese desconocimiento aparecen los “sanadores cuánticos”, las “técnicas de
control mental” y todo ese tipo de chorradas pseudocientíficas adornadas con
palabras adecuadas para que la cosa suene lo más profunda y complicada posible
y sólo esté al alcance de ciertos gurús que, a cambio de dinero acercarán las
mieles del conocimiento cuántico a nuestros pobrecitos cerebros.
Analicemos primero esa arraigada impresión de que lo natural
es mejor, resumida en esa frase tan usada para denostar algún producto:
-¡Eso es química!-.
Afortunadamente para nosotros, la química se ha incorporado a
nuestra vida a todos los niveles y gracias a ella disfrutamos de muchos de los
productos que hoy en día nos parecen imprescindibles. Por otra parte, si
analizamos detenidamente lo que la teoría atómica nos dice, llegaremos a
entender que:
- · La materia está constituida por partículas muy pequeñas llamadas átomos que sólo se van a diferenciar en el número de protones (de carga positiva), electrones (de carga negativa) y neutrones (sin carga) que la forman. Salvando las partículas subatómicas más pequeñas, podríamos decir que los ladrillos más pequeños que usa el Universo para construir toda la materia que conocemos son los electrones, protones y neutrones.
- · Cada sustancia está formada por partículas (átomos) en las que el numero de electrones y protones es el mismo, lo que mantiene la neutralidad eléctrica y que tienen un número determinado de neutrones que puede variar ligeramente (por ejemplo el Carbono tiene 6 electrones, 6 protones y entre 6 y 8 neutrones) , que da lugar a los isótopos (átomos del mismo elemento que tienen una masa ligeramente distinta), de los cuales algunos son estables y otros (radiactivos) son inestables y acaban degradándose.
- · De lo anterior se deduce que la única diferencia entre dos elementos químicos va a ser el número de partículas de cada clase que lo formen y estas partículas, siempre que hablemos de la misma clase, son indistinguibles unas de otras.
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Molécula de agua |
- · Los átomos se unen para formar sustancias más complejas, los compuestos, formados por unidades fundamentales denominadas moléculas, que salvo pequeñas diferencias estructurales (isómeros) son iguales entre si.
·
Todos los elementos han nacido a partir del Big
Bang, primero aparecieron las partículas más sencillas, después el elemento más
sencillo (hidrógeno) y a partir de aquí los elementos más complejos, hasta los
más pesados que se originaron en esos hornos estelares denominados supernovas,
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supernova |
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Evolución del Universo desde el Big Bang |
de ahí la frase somos polvo de estrellas” perfectamente ilustrada por Neil de
Grasse Tyson. y amablemente traducida por los chicos de Amazing.
Si realmente hemos entendido lo anterior, es obvio que no
hallaremos diferencia alguna entre un compuesto de origen natural y el mismo
compuesto sintetizado en un laboratorio, ambos están constituidos por el mismo
tipo de partículas. Sirva como ejemplo la estructura química de la vitamina C
natural y de laboratorio. (recomiendo al lector buscar en Google)
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Vitamina c |
¡Oh, Dios mío, pero si son lo mismo!..., en descargo de los
defensores a ultranza de la “naturalidad” de los productos, diré que yo también
prefiero un zumo de naranja a una
píldora de vitamina C, pero los efectos de ambas vitaminas en mi organismo van
a ser los mismos, obviamente podríamos extender el proceso investigador al ácido acetil salicílico obtenido en el laboratorio y el que se usó desde los tiempos de Hipócrates al cocer la corteza del sauce, y los resultados serían los mismos y así sucesivamente.
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Con respecto a la Teoría Cuántica el desaguisado es aún
mayor, sus fundamentos son mucho más complejos que los de la Teoría Atómica
clásica y el nivel matemático necesario para expresarla, infinitamente más alto y no al alcance del
común de los mortales, por lo que es un campo abonado para que la pseudociencia
medre sin control, por otra parte se podría objetar también el poco interés
(salvo algunas excepciones) del mundo científico por divulgar de forma sencilla
algunas de sus ideas más revolucionarias.
En breve, intentaremos hablar del tema…
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